De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, indiscutiblemente, estudiar una carrera brinda una ventaja salarial sobre no hacerlo. Un profesionista recibe en promedio un ingreso mensual 95% más alto que alguien que estudió únicamente la preparatoria. En términos generales, la universidad es una inversión redituable, pero no todas las carreras lo son en la misma proporción.

En México, las carreras de Administración, Derecho y Contaduría concentran a cerca del 30% del total de profesionistas de la fuerza laboral actual. No obstante, ninguna de ellas se encuentra siquiera entre las 25 carreras mejor pagadas. Cualquiera pensaría que existe una sobreoferta de licenciados en estas áreas. Sin embargo, la ANUIES[1] reporta que del total de los alumnos matriculados en 2012, poco más del 20% se encuentra repartido entre estas carreras. De manera contrastante, cuatro de las cinco carreras mejor pagadas[2] en el país representan apenas al 1.2% de la matrícula total actual en las universidades.